Para qué hacer otro ejercicio de redacción en donde escribo cómo loca por tu ausencia, para qué le llamo amor si tu te vas y yo me quedo; si yo me voy y tu me dejas sin más.Da lo mismo si lees esto porque ya no te tengo entre mis brazos.
Todo en esta vida se pierde, se va, vuela, se marchita, como la primavera en la que te conocí, me hubiera gustado haber pasado la primavera entera a tu lado, estación tras estación, pero no, de nuevo se avecina el invierno y me doy cuenta de que he perdido tus labios, ahora hará más frío que antes, no exagero, quiero conservar esto simple, como tú.
Siempre quise llamarte amor, desde el primer momento en que te vi, ahora lo recuerdo como un torbellino de imágenes, colores, esencias, momentos, recuerdos... y tú en el centro, en el ojo del huracán viendo cómo se desmorona todo a tu paso.
Realmente a quién le importan las letras y lo que estas digan, la gente lo hace, hablamos por hablar, sin coherencia, significado ni sentido. Hablar, hablar... pero nadie siente realmente el peso de las palabras punzo cortantes que se usan al día a día.
Tu siempre supiste qué decir, y cómo decirlo, eso fue lo que me enamoró de ti, claro, entre muchas otras cosas, pareciera que fuiste tan honesto y simple.
Y aquí me encuentro yo, ¿y tú? No lo sé. Tal vez ya te olvidaste de mi, esto será un ejercicio de redacción únicamente realizado por otra de tantos poetas wanna be. Me encuentro aquí con el desamor que me llena las manos, con el típico exceso de tiempo y recuerdos que me dejaste.
No tienes una idea de lo mucho que quería decirte cuánto te amaba, y no sabes cómo me enojó que me dijeras que ya soy sólo un recuerdo, una memoria más entre tu lista de cosas por olvidar; que tú y yo, y todo lo que hubo es un recuerdo ingrato.
Ojalá pudiera quedarme en ese marco de tiempo y espacio donde tu para siempre guapo y yo para siempre enamorada.
Pero de repente te vas, te escapas, vuelas con el viento y desapareces como una molécula que deja de existir. Te pareces tanto a mi primer gran amor, y te odio por eso, porque me dejas de la noche a la mañana y no sé si sigues amando o si está tu amor por ahí escondido, o que tú lo escondes, o ambos se esconden.
Te odio tanto por eso. Me dejas sola, te dejas solo, y así te quieres para que no te duela, para que nadie te vea llorar; aunque sabes que mueres por dentro por robarme un último beso, me abandonas. Y tal vez para tus pretensiones esto sólo sea un ejercicio de redacción, pero a mí me hubiera encantado leerlo en tu oído y verte sonriendo.
Nunca terminé de conocerte aunque me haya perdido en el abismo de tu ser, te sentía tan libre y tan mío. Yo escribiéndote y tu sin dar respuesta, te la guardas, mataría por escuchar lo que tienen que decir tus labios esta noche, aunque sólo sea un silencio tierno.
Por todo esto te odio, eres tan igual a mi primer gran amor... Tú eres mi primer gran amor.
No comments:
Post a Comment