Mi cuerpo sabe que eres peor que el cáncer, tan tóxico y dañino para mi vida, tan ostentoso y al mismo tiempo siendo un vicio absurdo.
Y sigo recordándote, entre todas tus promesas sin sentido que algún día crei, me esforcé hasta el límite para perseguir ese sueño donde venias a rescatarme de mi misma. Palabras huecas, lo pienso una y otra vez, mi mente no deja de divagar entre calles de nostalgia y odio mientras escucho tu voz con el sonido del viento.
"¿Por qué no vuelves?", lo repito una y otra vez mientras me ahogo en mi propia angustia, ¿será que me gusta sufrir por ti?
No entiendo, me estás matando lentamente, a cada segundo qué pasa siento que no soy yo, me siento más y más perdida y ya no sé cómo encontrarme.
Te odio. Te odio. Te odio tanto.
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